Goza de tu juventud, corazón mío. Pronto serán otros
los hombres y, ya muerto, yo seré negra tierra.
De quien murió no nos preocuparíamos,
si fuéramos sensatos, más de un día.
Largo tiempo tenemos de estar muertos,
y vivimos muy mal corto número de años.
Porque ni llorando remediaré nada, ni nada
empeoraré dándome a placeres y festejos.
No anhelo quedar recostado en un túmulo regio
una vez haya muerto; quisiera gozar cualquier bien
mientras vivo.
Tapices y zarzas ofrecen igual cobertor a un cadáver.
La madera resulta a la vez algo duro y mullido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario