SOBRE LA BELLEZA

"A la enseñanza pública le incumbe la delicada tarea de apartar al ser humano de las miserias del utilitarismo y educarlo en el amor por el desinterés y por lo bello".
Nuccio Ordine

domingo, 17 de diciembre de 2017

La belleza del KINTSUGI

El kintsugi es una técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas y que ha acabado convirtiéndose en una filosofía de vida. Frente a las adversidades y errores hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices.


                             



Kintsugi (金継ぎ?) (en japonés: carpintería de oro) o Kintsukuroi (金繕い?) (en japonés: reparación de oro) es una técnica de origen japonés para arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia.La técnica y arte de dicha forma de encarar la reparación de los objetos fue tan apreciada que algunos llegaron al punto de ser acusados de romper cerámica para luego poderla reparar con dicho método, sobre la base de que la complejidad de la reparación transforma estéticamente la pieza reparada, dándole así un nuevo valor. De esa manera se da el caso de que antiguas piezas reparadas mediante este método sean más valoradas que piezas que nunca se rompieron.La historia del kintsugi (en japonés carpintería de oro) se remonta a finales del siglo XV cuando el shōgun, Ashikaga Yoshimasa envió a China, para ser reparados, dos de sus tazones de té favoritos. Los tazones volvieron reparados pero con unas feas grapas de metal, que los volvían toscos y desagradables a la vista. El resultado no fue de su agrado, así que buscó artesanos japoneses que hicieran una mejor reparación, dando así con una nueva forma de reparar cerámicas, convertida en arte.Si bien el proceso está asociado con los artesanos japoneses, la técnica ha sido aplicada a piezas de cerámica de otros orígenes, entre ellos China, Vietnam y Corea. NOTA: El artículo Kintsugi, la belleza de las cicatrices de la vida (El País, 10-12-2017) compara está técnica con el poder de la resiliencia.

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