Para la masa de la gente tan sólo hay un modo de
excelencia:
ser rico. No ve en lo
demás provecho ninguno.
A muchos tipos inútiles dios les da la riqueza,
un bien, que mejores no hace ni a ellos ni a los suyos.
La inteligencia es, Cirno, el regalo mejor de los dioses.
El hombre con inteligencia domina los límites de todo.
Feliz quien la tiene en el ánimo.
Pues cuentan que una vez Aristodamo
dijo en Esparta una frase indiscutible:
“El dinero es el hombre; ningún pobre
resulta hombre valioso ni apreciado”.
De la riqueza no hay prefijado a los hombres un límite.
Pues quienes ahora tienen más medios de vida,
ansían el doble. ¿Y quién puede saciarlos a todos?
El dinero resulta a los hombres motivo de locura.
Y de ésta proviene la ruina, que a veces envía
Zeus a los torpes, y ahora uno, ahora otro la acoge.
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